Para la realización de esta actividad, decidí ponerme en una situación real para conocer realmente lo que nos encontramos en los colegios en cuanto al tema de la palabra. De tal forma que, este lunes en mi horario de prácticas, le pedí a la profesora si podía hacer un debate para analizarlo y después sacar mis propias conclusiones a través de datos reales. Me encuentro en una clase de primero de Educación Primaria, donde los niños vienen de Educación Infantil y tenemos la suerte de que siguen teniendo ganas de aportar, o al menos la mayoría de ellos así nos lo muestran...
La maestra, en su hora de tutoría, propuso un debate relacionado con el "trabajo en equipo" ya que este era un tema del que tenía pensado hablar en la sesión y uno de los cuales le preocupa bastante ya que ellos trabajan en grupo en su día a día. En relación con ello, me gustaría comentar que esta es una forma que me resulta muy apropiada de realizar el proceso de enseñanza-aprendizaje ya que favorece la comunicación entre los alumnos. Primero, introdujo el visitando de un vídeo que había seleccionado para la sesión de ese día donde algunos personajes de películas infantiles contaban la importancia de hacer las cosas con los demás. Fue muy interesante y me pareció una manera adecuada para introducir el debate e ir despertando algunas ideas en los niños.
Yo no quise intervenir en ningún momento, simplemente me limité a tomar apuntes de aquello que me llamaba la atención acerca del gran acontecimiento que estaba sucediendo en aquel aula.
La maestra comenzó haciendo la siguiente pregunta: ¿Sabéis lo que es un debate?. Y uno de los alumnos contestó: "Es pelearse". Podríamos pasar por desapercibido aquel comentario. Pero como yo soy muy pesada con las reflexiones, me gustaría ir un poco más allá del simple hecho de la intervención en cuestión. Ese niño puede que no supiera lo que es un debate y dijera lo primero que se le pasase por la cabeza. Sin embargo, yo quiero pensar que algo había escuchado acerca de aquella palabra y la estaba relacionando con pelearse. Quizás, ya que es algo muy reciente, escuchara hablar a sus familiares acerca del debate de nuestros políticos españoles o incluso puede que viera algunas imágenes. Creo que las conversaciones que tenemos para dar nuestra opinión suelen asemejarse más a una "pelea" que a una comunicación oral. Y aquí es dónde quiero hacer hincapié puesto que considero que a lo mejor la lengua no se está utilizando de la manera que debería. Los niños, normalmente, escuchan infinidad de conversaciones de los adultos de su al rededor y tienen esta perspectiva tan relevante para la educación desde pequeños. Si el adulto no está siendo ejemplo a la hora de comunicar, difícilmente cambiaremos la perspectiva de la que os hablo. Ojalá aprendiésemos todos a debatir, y no solamente los niños. Pero bueno, empecemos por abajo para construir un mundo mejor ya que ese es el fin de la educación, o al menos desde mi punto de vista.
A continuación, tras la intervención de aquel alumno, la maestra dio "la definición exacta". Dijo que era "hablar cuando unos piensan una cosa y otros piensan otra y tienen que defender lo que piensan". Nos puede parecer una brillante definición para unos niños de 6/7 años o por lo menos bastante acertada. No obstante, a mi lo primero que se me pasó por la cabeza fue que a penas se les había dado la oportunidad de crear su propia definición ya que estoy segura de que alguno (de todos los que tenían la mano levantada para intervenir tras el lanzamiento de la pregunta) habría acertado con una explicación similar a la de la maestra. Esto es un error desde mi punto de vista y como comentábamos en clase el otro día, ya que se les está "quitando la palabra" a nuestros alumnos. ¿De verdad uno de nuestros objetivos del curso es que sean personas con capacidades de transmitir sus ideas y pensamientos de forma oral?. Parece absurdo tener que contestar a esta pregunta, pero creo que se ponen ciertos objetivos que nadie es capaz de afrontar. Yo me pregunto, ¿nos da miedo que los niños hablen y nosotros dejemos de hablar en el aula?. En mi caso tengo claro que prefiero que sean ellos los protagonistas de su aprendizaje ya que tienen infinidad de cosas que contar, cada uno con su situación, su historia, sus experiencias... Y si hay algo que no saben, será el maestro el que se las tenga que apañar para que accedan al conocimiento de manera significativa, ya sea buscando en libros, en internet, preguntando a los padres o incluso a expertos en el tema, etc.
El tema propuesto para el debate fue seleccionado por la maestra. Los chicos debían defender que todos somos diferentes a la hora de trabajar en equipo y las chicas, por el contrario, defenderían que todos somos iguales a la hora de trabajar en equipo. A mí, desde que lo dijo me pareció un tema complicado para ellos ya que era su primer debate y es un concepto demasiado abstracto para ellos. Yo habría dejado que fueran ellos los que escogiesen el tema de debate o habría dado algunas opciones más sencillas y concretas como: jugar al fútbol es de chicas o de chicos, es mejor tener hermanos o no tenerlos, es mejor el frío o el calor... Sin embargo, me sorprendió todo lo que dijeron acerca de un tema tan complicado.
Otro dato a destacar acerca del debate fue la situación en la que se colocaron. Creo que es importante que todos puedan mirarse a la cara cuando hablan y eso fue lo primero que cumplió la maestra. Los puso en frente a unos de otros. Lo único que hubo un cambio de espacio puesto que estaban entre sillas y mesas que les distraían y se escondían unos detrás de otros al estar de pie. Se pusieron en una parte de la clase vacía y se sentaron en el suelo unos en frente de otros. Fue mucho más ordenador y fácil para ellos controlar el cuerpo, ya no se movían tanto.
Junto a este dato, destaco uno último antes de entrar en el debate. La maestra preguntó que quién quería empezar y eligió a una alumna de los pocos que levantaron la mano. Esto me parece una buena forma de empezar, así como de continuar. El otro día en la universidad comentamos algo acerca del hecho de levantar la mano para hablar. Yo creo que es una buena forma de respetar el turno de palabra e incluso los mayores lo hacemos para que haya ese orden social. Le he estado dando vueltas y, sinceramente, no se me ocurriría otra manera de hacerlo que pueda ser mucho mejor. No sé si será por falta de imaginación acerca de este tema o porque estoy tan acostumbrada a hacerlo así que no puedo salir de ello. Sin embargo, estoy abierta a cualquier tipo de propuesta que pueda plantear alguno de mis compañeros de clase o del trabajo con el fin de encontrar una forma en la que los niños aprendan a pedir el turno de palabra para hablar y respetar a los demás.
Centrándome en el debate transcurrido, os dejo aquí la conversación que transcribí mientras debatían para no olvidarme de nada:
Alumna: Todos somos iguales porque hacemos lo mismo.
Alumno: Hay unos que tienen pendientes, otros no, unos tienen gafas y otros no...
Todos: Risas.
Profesora: Levantamos la mano para hablar.
Alumna: Todos somos iguales porque todos tenemos boca para hablar.
Alumna: Podemos ser amigas de los chicos y jugar todos.
Profesora: Controlo el cuerpo y escucho a los demás.
Alumno: Somos diferentes porque unos escriben mejor que otros.
Alumna: Jugamos todos con todos aunque algunos tengan pendientes y otros no.
Profesora: Me refiero a iguales o diferentes en el trabajo en equipo.
Alumno: A algunos se les da mejor una cosa y a otros otras.
Alumna: Somos iguales porque las chicas tenemos pelo largo pero también los chicos pueden tenerlo. O las chicas corto.
Profesora: Decimos "no me siento escuchado por..." cuando nos interrumpen.
Alumno: Somos diferentes porque tenemos ojos diferentes.
Alumna: Somos iguales porque puedes ser chica y hacer lo mismo de mayor que un chico.
Profesora: ¿Sólo hablan algunos niños? ¿Y los demás?
Alumno: Hay colores de pelo diferentes.
Profesora: Estamos hablando de si en el equipo somos iguales, ¿nos importa el pelo?
Alumna: Somos iguales porque todos somos humanos.
Alumno: Somos diferentes porque tenemos diferentes tareas, unos somos secretarios, otros supervisores...
Alumna: Da igual que seamos chicos o chicas, podemos ser lo que queramos.
Alumna: Somos iguales porque las chicas pueden llevar pantalones.
Alumno: No podemos llevar falda, somos diferentes. Y tenemos distintos nombres.
Alumno: Somos diferentes porque unos trabajan más rápido que otros.
Alumna: Podemos todos hacer gimnasia seamos chicas o chicos.
Profesora: Se acaba el debate y ahora va a salir uno de cada equipo a resumir lo que hemos hablado.
Después de este interesante debate, con resumen final incluido, donde nos encontramos con que no participan todos, dan ideas sin escuchar lo que dice el anterior que ha hablado, dan ideas bastantes superficiales y se crea un enfrentamiento entre chicos y chicas, vemos que hay cosas que mejorar. En cuanto a la participación de los alumnos, creo que es difícil por el tema y sería necesaria una buena motivación antes de hacer el debate. Creo que lo principal sería elegir un tema que les interese a todos o a la gran mayoría para conseguirlo o haber leído alguna historia o escuchado alguna canción acerca del tema. Por otro lado, creo que deberíamos insistir en que se escuchen unos a otros y eso solamente se puede conseguir con práctica e intentado que empaticen con los demás en el día a día. Y por último, me pareció interesante separar a los chicos y a las chicas ya que salieron cuestiones verdaderamente importantes sobre las que reflexionar en el campo de la educación.
Pero no todo acabó ahí ya que le preguntaron a la maestra que quien había ganado y ella dio su opinión, dijo que somos diferentes pero eso nos hace ser mejor equipo ya que nos complementamos. Y una de las alumnas hizo una intervención que me dio mucho más que pensar: ¿Para qué hemos hecho el debate si ya estaba claro que los chicos iban a ganar?. La profesora "salió" de aquella inteligente pregunta diciendo que no era así porque cada uno tenía su opinión y la suya no valía más que las de los demás. Una respuesta, creo yo, muy adecuada para no frenar su expresión de ideas en otro debate. Debemos dejar claro a los niños que los adultos tienen su opinión y no es más válida que la suya. Tenemos que escucharles y motivarles a expresarse con libertad.
Tras esta valoración realizada a través de la reflexión sobre la práctica me dispongo a comentar la realización de mi propio debate:
Dos semanas después de haber realizado el primer debate en la clase de primero de primaria, propongo hacerlo a mi manera. La maestra no participó y me dio toda la libertad para hacerlo. Lo primero que hice fue contarles el cuento de "El pez arcoíris" ya que era una buena forma de relajarles y a su vez, de introducirles en la actividad que íbamos a realizar. Yo soy de las que piensan que los niños de primaria tienen que seguir escuchando cuentos de sus maestras y pocas veces vemos esto en las escuelas. Los cuentos nos hacen volar la imaginación, pero a su vez están aprendiendo vocabulario, formas de expresión y muchas cosas de la lengua española. Por lo tanto, les leí ese cuento y me sorprendió lo atentos que estuvieron en todo momento.
Al terminar de leerlo, y teniendo en cuenta que eran 28 niños en clase, hice tres grupos. El primer grupo era el público y constituía a 14 niños elegidos de manera aleatoria (diciendo números del 1 al 28 según la lista de la clase). El segundo grupo sería de 7 niños que defenderían la postura de "Es mejor compartir nuestras cosas" y el tercer grupo sería de los siete niños restantes que defenderían que "Es mejor quedarnos todo lo que es nuestro". Estos fueron elegidos por ellos mismos, se posicionaron sin discusiones. Si hubiera habido algún problema, les habría pedido a alguno del público que hicieran intercambio. Creo que es más sencillo que en los primeros debates contemos con menos personas que dialogan y algunas personas que solamente escuchen con el fin de que puedan escucharse mejor.
Siguiendo con la explicación de mi propuesta, podemos llegar a la conclusión de que el tema a debatir era "compartir con los demás". Unos estarían a favor y otros no. Considero que era un tema sencillo ya que los niños son egocéntricos y les cuesta compartir. Seguramente todos sepan lo que es correcto y lo que no, pero tendrían sus dudas.
Yo decidí ser la moderadora con el fin de enseñarles de forma práctica este papel. Me habría gustado que fuera alguno de ellos pero es complicado si era el segundo debate que hacían en su vida. De esta manera, me metí en el papel y empecé diciendo las normas del debate:
Tengo que decir que al ser tan pocos niños hablando, no les costó respetar el turno de palabra. En algún momento que se emocionaban hablaban sin permiso y yo, moderadora, les pedía que levantasen la mano para hablar. La verdad es que lo asumían y levantaban la mano.
Al terminar, pedí al público que hablasen sobre lo que habían escuchado. Todos ellos estaban de acuerdo con la postura de compartir. Me pareció muy bonito llegar a una conclusión, por parte de todos, donde es mejor jugar con los demás y con un juguete cada uno, que nosotros solos con muchos juguetes. Esto me hizo pensar en la necesidad que tenemos las personas de ser con otros, desde pequeños.
Es cierto que esta actividad debería repetirse, intercambiando papeles con el fin de que todos puedan aprender a debatir. Haría falta otro tema de debate para poder evaluar a todos los alumnos y en mi caso creo que sería conveniente utilizar otro cuento y hacerlo de un tema parecido. Por ejemplo, se me ocurre utilizar el cuento de "Elmer" que trata sobre la aceptación de uno mismo.
Como conclusión de esta actividad, considero que un debate es una gran oportunidad para los niños de Educación Primaria que tienen que trabajar la comunicación oral. Es importante hacer una motivación previa a la actividad y elegir un tema que les interese a los alumnos, incluso que sea elegido por ellos. De este modo considero que habría una mayor participación. Además, se debe trabajar en el respeto día a día y en la escucha a los demás.
Yo no quise intervenir en ningún momento, simplemente me limité a tomar apuntes de aquello que me llamaba la atención acerca del gran acontecimiento que estaba sucediendo en aquel aula.
La maestra comenzó haciendo la siguiente pregunta: ¿Sabéis lo que es un debate?. Y uno de los alumnos contestó: "Es pelearse". Podríamos pasar por desapercibido aquel comentario. Pero como yo soy muy pesada con las reflexiones, me gustaría ir un poco más allá del simple hecho de la intervención en cuestión. Ese niño puede que no supiera lo que es un debate y dijera lo primero que se le pasase por la cabeza. Sin embargo, yo quiero pensar que algo había escuchado acerca de aquella palabra y la estaba relacionando con pelearse. Quizás, ya que es algo muy reciente, escuchara hablar a sus familiares acerca del debate de nuestros políticos españoles o incluso puede que viera algunas imágenes. Creo que las conversaciones que tenemos para dar nuestra opinión suelen asemejarse más a una "pelea" que a una comunicación oral. Y aquí es dónde quiero hacer hincapié puesto que considero que a lo mejor la lengua no se está utilizando de la manera que debería. Los niños, normalmente, escuchan infinidad de conversaciones de los adultos de su al rededor y tienen esta perspectiva tan relevante para la educación desde pequeños. Si el adulto no está siendo ejemplo a la hora de comunicar, difícilmente cambiaremos la perspectiva de la que os hablo. Ojalá aprendiésemos todos a debatir, y no solamente los niños. Pero bueno, empecemos por abajo para construir un mundo mejor ya que ese es el fin de la educación, o al menos desde mi punto de vista.
A continuación, tras la intervención de aquel alumno, la maestra dio "la definición exacta". Dijo que era "hablar cuando unos piensan una cosa y otros piensan otra y tienen que defender lo que piensan". Nos puede parecer una brillante definición para unos niños de 6/7 años o por lo menos bastante acertada. No obstante, a mi lo primero que se me pasó por la cabeza fue que a penas se les había dado la oportunidad de crear su propia definición ya que estoy segura de que alguno (de todos los que tenían la mano levantada para intervenir tras el lanzamiento de la pregunta) habría acertado con una explicación similar a la de la maestra. Esto es un error desde mi punto de vista y como comentábamos en clase el otro día, ya que se les está "quitando la palabra" a nuestros alumnos. ¿De verdad uno de nuestros objetivos del curso es que sean personas con capacidades de transmitir sus ideas y pensamientos de forma oral?. Parece absurdo tener que contestar a esta pregunta, pero creo que se ponen ciertos objetivos que nadie es capaz de afrontar. Yo me pregunto, ¿nos da miedo que los niños hablen y nosotros dejemos de hablar en el aula?. En mi caso tengo claro que prefiero que sean ellos los protagonistas de su aprendizaje ya que tienen infinidad de cosas que contar, cada uno con su situación, su historia, sus experiencias... Y si hay algo que no saben, será el maestro el que se las tenga que apañar para que accedan al conocimiento de manera significativa, ya sea buscando en libros, en internet, preguntando a los padres o incluso a expertos en el tema, etc.
El tema propuesto para el debate fue seleccionado por la maestra. Los chicos debían defender que todos somos diferentes a la hora de trabajar en equipo y las chicas, por el contrario, defenderían que todos somos iguales a la hora de trabajar en equipo. A mí, desde que lo dijo me pareció un tema complicado para ellos ya que era su primer debate y es un concepto demasiado abstracto para ellos. Yo habría dejado que fueran ellos los que escogiesen el tema de debate o habría dado algunas opciones más sencillas y concretas como: jugar al fútbol es de chicas o de chicos, es mejor tener hermanos o no tenerlos, es mejor el frío o el calor... Sin embargo, me sorprendió todo lo que dijeron acerca de un tema tan complicado.
Otro dato a destacar acerca del debate fue la situación en la que se colocaron. Creo que es importante que todos puedan mirarse a la cara cuando hablan y eso fue lo primero que cumplió la maestra. Los puso en frente a unos de otros. Lo único que hubo un cambio de espacio puesto que estaban entre sillas y mesas que les distraían y se escondían unos detrás de otros al estar de pie. Se pusieron en una parte de la clase vacía y se sentaron en el suelo unos en frente de otros. Fue mucho más ordenador y fácil para ellos controlar el cuerpo, ya no se movían tanto.
Junto a este dato, destaco uno último antes de entrar en el debate. La maestra preguntó que quién quería empezar y eligió a una alumna de los pocos que levantaron la mano. Esto me parece una buena forma de empezar, así como de continuar. El otro día en la universidad comentamos algo acerca del hecho de levantar la mano para hablar. Yo creo que es una buena forma de respetar el turno de palabra e incluso los mayores lo hacemos para que haya ese orden social. Le he estado dando vueltas y, sinceramente, no se me ocurriría otra manera de hacerlo que pueda ser mucho mejor. No sé si será por falta de imaginación acerca de este tema o porque estoy tan acostumbrada a hacerlo así que no puedo salir de ello. Sin embargo, estoy abierta a cualquier tipo de propuesta que pueda plantear alguno de mis compañeros de clase o del trabajo con el fin de encontrar una forma en la que los niños aprendan a pedir el turno de palabra para hablar y respetar a los demás.
Centrándome en el debate transcurrido, os dejo aquí la conversación que transcribí mientras debatían para no olvidarme de nada:
Alumna: Todos somos iguales porque hacemos lo mismo.
Alumno: Hay unos que tienen pendientes, otros no, unos tienen gafas y otros no...
Todos: Risas.
Profesora: Levantamos la mano para hablar.
Alumna: Todos somos iguales porque todos tenemos boca para hablar.
Alumna: Podemos ser amigas de los chicos y jugar todos.
Profesora: Controlo el cuerpo y escucho a los demás.
Alumno: Somos diferentes porque unos escriben mejor que otros.
Alumna: Jugamos todos con todos aunque algunos tengan pendientes y otros no.
Profesora: Me refiero a iguales o diferentes en el trabajo en equipo.
Alumno: A algunos se les da mejor una cosa y a otros otras.
Alumna: Somos iguales porque las chicas tenemos pelo largo pero también los chicos pueden tenerlo. O las chicas corto.
Profesora: Decimos "no me siento escuchado por..." cuando nos interrumpen.
Alumno: Somos diferentes porque tenemos ojos diferentes.
Alumna: Somos iguales porque puedes ser chica y hacer lo mismo de mayor que un chico.
Profesora: ¿Sólo hablan algunos niños? ¿Y los demás?
Alumno: Hay colores de pelo diferentes.
Profesora: Estamos hablando de si en el equipo somos iguales, ¿nos importa el pelo?
Alumna: Somos iguales porque todos somos humanos.
Alumno: Somos diferentes porque tenemos diferentes tareas, unos somos secretarios, otros supervisores...
Alumna: Da igual que seamos chicos o chicas, podemos ser lo que queramos.
Alumna: Somos iguales porque las chicas pueden llevar pantalones.
Alumno: No podemos llevar falda, somos diferentes. Y tenemos distintos nombres.
Alumno: Somos diferentes porque unos trabajan más rápido que otros.
Alumna: Podemos todos hacer gimnasia seamos chicas o chicos.
Profesora: Se acaba el debate y ahora va a salir uno de cada equipo a resumir lo que hemos hablado.
Después de este interesante debate, con resumen final incluido, donde nos encontramos con que no participan todos, dan ideas sin escuchar lo que dice el anterior que ha hablado, dan ideas bastantes superficiales y se crea un enfrentamiento entre chicos y chicas, vemos que hay cosas que mejorar. En cuanto a la participación de los alumnos, creo que es difícil por el tema y sería necesaria una buena motivación antes de hacer el debate. Creo que lo principal sería elegir un tema que les interese a todos o a la gran mayoría para conseguirlo o haber leído alguna historia o escuchado alguna canción acerca del tema. Por otro lado, creo que deberíamos insistir en que se escuchen unos a otros y eso solamente se puede conseguir con práctica e intentado que empaticen con los demás en el día a día. Y por último, me pareció interesante separar a los chicos y a las chicas ya que salieron cuestiones verdaderamente importantes sobre las que reflexionar en el campo de la educación.
Pero no todo acabó ahí ya que le preguntaron a la maestra que quien había ganado y ella dio su opinión, dijo que somos diferentes pero eso nos hace ser mejor equipo ya que nos complementamos. Y una de las alumnas hizo una intervención que me dio mucho más que pensar: ¿Para qué hemos hecho el debate si ya estaba claro que los chicos iban a ganar?. La profesora "salió" de aquella inteligente pregunta diciendo que no era así porque cada uno tenía su opinión y la suya no valía más que las de los demás. Una respuesta, creo yo, muy adecuada para no frenar su expresión de ideas en otro debate. Debemos dejar claro a los niños que los adultos tienen su opinión y no es más válida que la suya. Tenemos que escucharles y motivarles a expresarse con libertad.
Tras esta valoración realizada a través de la reflexión sobre la práctica me dispongo a comentar la realización de mi propio debate:
Dos semanas después de haber realizado el primer debate en la clase de primero de primaria, propongo hacerlo a mi manera. La maestra no participó y me dio toda la libertad para hacerlo. Lo primero que hice fue contarles el cuento de "El pez arcoíris" ya que era una buena forma de relajarles y a su vez, de introducirles en la actividad que íbamos a realizar. Yo soy de las que piensan que los niños de primaria tienen que seguir escuchando cuentos de sus maestras y pocas veces vemos esto en las escuelas. Los cuentos nos hacen volar la imaginación, pero a su vez están aprendiendo vocabulario, formas de expresión y muchas cosas de la lengua española. Por lo tanto, les leí ese cuento y me sorprendió lo atentos que estuvieron en todo momento.
Al terminar de leerlo, y teniendo en cuenta que eran 28 niños en clase, hice tres grupos. El primer grupo era el público y constituía a 14 niños elegidos de manera aleatoria (diciendo números del 1 al 28 según la lista de la clase). El segundo grupo sería de 7 niños que defenderían la postura de "Es mejor compartir nuestras cosas" y el tercer grupo sería de los siete niños restantes que defenderían que "Es mejor quedarnos todo lo que es nuestro". Estos fueron elegidos por ellos mismos, se posicionaron sin discusiones. Si hubiera habido algún problema, les habría pedido a alguno del público que hicieran intercambio. Creo que es más sencillo que en los primeros debates contemos con menos personas que dialogan y algunas personas que solamente escuchen con el fin de que puedan escucharse mejor.
Siguiendo con la explicación de mi propuesta, podemos llegar a la conclusión de que el tema a debatir era "compartir con los demás". Unos estarían a favor y otros no. Considero que era un tema sencillo ya que los niños son egocéntricos y les cuesta compartir. Seguramente todos sepan lo que es correcto y lo que no, pero tendrían sus dudas.
Yo decidí ser la moderadora con el fin de enseñarles de forma práctica este papel. Me habría gustado que fuera alguno de ellos pero es complicado si era el segundo debate que hacían en su vida. De esta manera, me metí en el papel y empecé diciendo las normas del debate:
- Levantar la mano para hablar.
- Habla una postura y después la otra, sucesivamente.
- Tienen que hablar por lo menos una vez cada uno de los participantes.
- Hablar con respeto y cariño a nuestros compañeros.
- El público no puede intervenir hasta el final del debate.
Tengo que decir que al ser tan pocos niños hablando, no les costó respetar el turno de palabra. En algún momento que se emocionaban hablaban sin permiso y yo, moderadora, les pedía que levantasen la mano para hablar. La verdad es que lo asumían y levantaban la mano.
Al terminar, pedí al público que hablasen sobre lo que habían escuchado. Todos ellos estaban de acuerdo con la postura de compartir. Me pareció muy bonito llegar a una conclusión, por parte de todos, donde es mejor jugar con los demás y con un juguete cada uno, que nosotros solos con muchos juguetes. Esto me hizo pensar en la necesidad que tenemos las personas de ser con otros, desde pequeños.
Es cierto que esta actividad debería repetirse, intercambiando papeles con el fin de que todos puedan aprender a debatir. Haría falta otro tema de debate para poder evaluar a todos los alumnos y en mi caso creo que sería conveniente utilizar otro cuento y hacerlo de un tema parecido. Por ejemplo, se me ocurre utilizar el cuento de "Elmer" que trata sobre la aceptación de uno mismo.
Como conclusión de esta actividad, considero que un debate es una gran oportunidad para los niños de Educación Primaria que tienen que trabajar la comunicación oral. Es importante hacer una motivación previa a la actividad y elegir un tema que les interese a los alumnos, incluso que sea elegido por ellos. De este modo considero que habría una mayor participación. Además, se debe trabajar en el respeto día a día y en la escucha a los demás.
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