Introducción
Para la realización de esta
actividad he llevado a cabo la estrategia de la lectura. No es que la haya elegido porque fuera la que más me gusta sino que en mi grupo quedamos en
sortearlo y fue la que me tocó. Sinceramente, me parece la más fácil de las
tres pero no por ello debemos rechazarla y no utilizarla.
Leer es algo que está permanentemente
en nuestra vida diaria y los niños de infantil comienzan a acercarse a la
lectura desde edades tempranas. Incluso en España lo aprenden en el segundo
ciclo de infantil, antes de llegar a primaria. Con ello no quiero decir que
esté de acuerdo pero lo que sí pienso es que debemos introducir la lectura a
partir de la literatura.
Todas estas tres formas de
transmitir un cuento a los niños (narración con libro, lectura y cuentacuentos)
me parecen muy importantes en la literatura infantil. Estoy de acuerdo
totalmente con nuestra profesora de literatura que dice que debemos combinarlas
con el fin de enriquecer el aprendizaje. Si les damos un amplio abanico de
posibilidades de adentrarse en el mundo mágico de la literatura, despertaremos
su interés en mayor medida. A lo mejor hay algunos niños que prefieren una
estrategia y otros, una distinta. Desde mi punto de vista se debería opinar
sobre ello y compartir los gustos de cada uno con los demás.
A la hora de leer un cuento es
importante que los niños sepan que vamos a leer y no contar. Es necesario
avisar de esto para que puedan ver en nosotros un modelo lector adecuado al
cual podrán parecerse en un futuro más o menos cercano. Sabiendo esto, en mi
preparación lo he tenido en cuenta y pretendo avisarlo antes de empezar.
Cuando se trata de niños que no
saben leer, suelen estar deseando que les leamos un cuento para saber qué es lo
que cuentan las ilustraciones que tanto suelen atraerles. Es importante tener
esto en cuenta y saber lo importantes que somos en esta tarea. En cambio,
cuando tienen 5 años y saben leer, muchas veces les interesa hacerlo ellos y
otras prefieren que un adulto se lo lea mejor. Respecto a esto creo que es muy
importante tener claro que debemos seguir leyéndoles cuentos para que tengan un
buen ejemplo a seguir de un adulto que conocer perfectamente la buena manera en
la que debemos leer e interesar a los demás. Sin embargo, tras leerlo una o
varias veces, podríamos dejárselo a su alcance con el fin de que puedan leerlo
ellos mismos.
Para leer un libro, existen
técnicas que hemos estudiado y debemos trabajar durante la preparación de la
lectura. En mi caso, he escogido el libro de “ELMER” porque lo conozco bastante
bien ya que lo trabajé en la actividad del bloque 1. Es una historia que dirigiría
a niños de 5/6 años, como expliqué en el primer post.
Ensayo
Después de toda esta información
con la que tuve que contar para poder preparar el taller de cuentos de hoy, os
voy a contar cómo ensayé durante los días anteriores.
La verdad es que he contado con
la ventaja de tener dos hermanos pequeños a los cuales suelo contar cuentos muy
a menudo. Ya les había leído el cuento del elefante multicolor y les encantaba
pero no había puesto un interés tan grande en aplicar las técnicas de la
lectura oral ya que no las conocía profundamente. Me di cuenta de que no debía
cambiar palabras y solía hacerlo para que Mario (4 años) lo entendiera mejor.
Está claro ahora que el fallo era la edad a la que iba dirigido y me centré más
en hacerlo para Miguel (6 años).
Trabajé el cuento con ellos tres
veces ya que no podía presionarles demasiado a escucharlo porque la literatura
pierde su encanto. Me hizo ilusión que me lo volvieran a pedir ya que hubo un
cambio en su interés por este cuento. Creo que había mejorado en la entonación
y se notaba que les llamaba más la atención.
No solamente se lo leí a mis
hermanos pequeños, sino que también decidí contárselo a mi hermana Paula (15
años). Ella antes no me había escuchado y me dijo que le había gustado mucho.
Me ayudó a ver las cosas que se me daban bien y me dijo algún consejo que me
sirvió, como que mirase más al oyente que al cuento. Con esto, me leí el cuento
varias veces a mí misma frente al espejo.
En cada uno de estos casos hacía
una cosa diferente, enseñaba el libro mientras lo leía o iba enseñando cada
página después de leerlo. Mis hermanos no me dejaron hacer lo segundo y pensé
que era mejor hacerlo así. Sin embargo, dudé porque a lo mejor es más
interesante ir enseñándolo para que se vayan imaginando las cosas y después
comprobarlo. La verdad es que no tenía claro cómo hacerlo y pensé en probar
ambas para que mis compañeras opinaran.
Decidí que el final sería el más
común pero algo modificado: “colorín colorado, el cuento del elefante de
colores se ha terminado.” Pero el principio del cuento, ya dice: “Había una vez
una manada de elefantes…” y no he querido añadir nada con el fin de leerlo tal
y como está escrito en el libro.
En cuanto a las interacciones en
el cuento, pensé que era mejor no interrumpir la lectura pero que sí era
necesario señalar lo importante en lo que me gustaría que se fijaran los
receptores. Y para finalizar, pensé hacer las siguientes preguntas: ¿Os ha
gustado el cuento?, ¿Por qué?, ¿Cómo os habéis sentido?, ¿Creéis que Elmer hizo
bien en pintarse como los demás?, ¿Alguna vez os habéis sentido como él?... En
uno de los ensayos, pregunté a mis hermanos y me contestaron algunas ideas
curiosas como: “yo soy de un equipo y mis amigos de otros pero no pasa nada”.
Me encanta ver las reflexiones que hacen los niños y pienso que siempre
deberíamos tener tiempo de lanzar preguntas para que contesten voluntariamente.
Y así fue como estos días,
preparé este momento de compartirlo con el resto de compañeros de los grupos en
los que me he ido incorporando.
Práctica
He llegado a clase y me he
sentado con mi grupo: Alicia Ocón y Claudia de la Hoz. Me he sentido muy cómoda
leyendo el cuento ya que tengo confianza con ellas y aunque no es lo mismo que
hacérselo a niños, me han escuchado correctamente. Claudia me ha dicho que la
duración del cuento era larga pero que lo había hecho muy ameno y que mis
preguntas habían sido muy buenas para reflexionar. Lo único que podría mejorar
si enseñaba el cuento porque a los niños les ayudaría ver las ilustraciones tan
buenas que tiene. Ali me comentó que la mirada había sido muy buena y que les
hacía partícipes del cuento al leerlo. Además, que conseguía divertir con mi
tono de voz y que no era nada monótono, que hacía buenos cambios. La conclusión
que saqué es que debía leer el cuento enseñando continuamente el libro en la
próxima vez que lo hiciera.
Después, me tocó sentarme con
Marta Ortega y María Montojo. Me sentí muy cómoda también y me dijeron cosas
muy positivas. Les conté que había hecho el cambio de enseñarlo todo el rato y
me reafirmaron que eran mejor así. Marta me dijo que debería haberlo leído más
despacio porque le encantaba el cuento y quería escucharlo más tranquilamente.
Además, hay un momento del cuento en el que se dice: “¡Buuh!” y no lo hice muy
fuerte por no molestar al resto de grupos, pero ella me dijo que a la hora de
hacerlo con los niños estaría bien incluso pisar fuerte el suelo. A María le
gustó mucho la entonación que había hecho y me dijeron ambas que las preguntas
te hacían pensar.
Así he terminado la sesión en relación con mi cuento ya que no me ha dado tiempo a leerlo más veces.
Autoevaluación
Si tuviera que decir algo que
debo mejorar, yo creo que es la velocidad y hacer un cambio de voz más notable
en ciertas partes. La verdad es que esto me sale más fácil en mi casa con niños
que con mis compañeras pero espero ir mejorándolo. En definitiva, se trata de
ir quitándome la vergüenza y confiar en mí misma.
En cuanto a aspectos positivos,
estoy bastante orgullosa de haber trabajado correctamente la mirada y conseguir
captar la atención de los demás. Tengo claro que voy a seguir leyendo o
contando cuentos a mis hermanos o a los niños con los que esté trabajando o de
prácticas, con el fin de ir mejorando para un futuro poder ser una buena
maestra.
Después de haber leído este cuento, me he dado cuenta de que a lo mejor habría sido más apropiado contarlo como narración ya que es demasiado largo como dijeron mis compañeras en el feedback. Quizás se dan muchas vueltas a las cosas que se van diciendo y a los niños les gustaría más escucharlo con otras palabras.
Después de haber leído este cuento, me he dado cuenta de que a lo mejor habría sido más apropiado contarlo como narración ya que es demasiado largo como dijeron mis compañeras en el feedback. Quizás se dan muchas vueltas a las cosas que se van diciendo y a los niños les gustaría más escucharlo con otras palabras.
Conclusión
Para finalizar este trabajo me
gustaría comentar la importancia de la transmisión literaria en las escuelas.
Cada vez se le dedica más tiempo a la tecnología y menos a la literatura. No
estoy en nada de acuerdo con ello y es algo que tengo claro que debemos cambiar
los maestros.
También considero que es necesario conocer las tres estrategias así como saber elegir la correcta acorde con la edad y el libro que elijamos para los niños de nuestra clase.
Desde un primer momento, debemos ayudarles a experimentar a fondo la literatura ya que nos ayuda en muchos
aspectos de nuestras vidas.
Bibliografía
Labajo, I. (2017) Teoría de Literatura Infantil. Bloque 3:
La hora del cuento.
McKee, D. (2016). ELMER. (Beascoa, Ed.) (5th ed.).
Barcelona.