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¿Crees que la tecnología está sustituyendo a la literatura?

martes, 25 de abril de 2017

LA HORA DEL CUENTO. FORMAS DE TRANSMISIÓN LITERARIA.

Introducción

Para la realización de esta actividad he llevado a cabo la estrategia de la lectura. No es que la haya elegido porque fuera la que más me gusta sino que en mi grupo quedamos en sortearlo y fue la que me tocó. Sinceramente, me parece la más fácil de las tres pero no por ello debemos rechazarla y no utilizarla.

Leer es algo que está permanentemente en nuestra vida diaria y los niños de infantil comienzan a acercarse a la lectura desde edades tempranas. Incluso en España lo aprenden en el segundo ciclo de infantil, antes de llegar a primaria. Con ello no quiero decir que esté de acuerdo pero lo que sí pienso es que debemos introducir la lectura a partir de la literatura.

Todas estas tres formas de transmitir un cuento a los niños (narración con libro, lectura y cuentacuentos) me parecen muy importantes en la literatura infantil. Estoy de acuerdo totalmente con nuestra profesora de literatura que dice que debemos combinarlas con el fin de enriquecer el aprendizaje. Si les damos un amplio abanico de posibilidades de adentrarse en el mundo mágico de la literatura, despertaremos su interés en mayor medida. A lo mejor hay algunos niños que prefieren una estrategia y otros, una distinta. Desde mi punto de vista se debería opinar sobre ello y compartir los gustos de cada uno con los demás.

A la hora de leer un cuento es importante que los niños sepan que vamos a leer y no contar. Es necesario avisar de esto para que puedan ver en nosotros un modelo lector adecuado al cual podrán parecerse en un futuro más o menos cercano. Sabiendo esto, en mi preparación lo he tenido en cuenta y pretendo avisarlo antes de empezar.

Cuando se trata de niños que no saben leer, suelen estar deseando que les leamos un cuento para saber qué es lo que cuentan las ilustraciones que tanto suelen atraerles. Es importante tener esto en cuenta y saber lo importantes que somos en esta tarea. En cambio, cuando tienen 5 años y saben leer, muchas veces les interesa hacerlo ellos y otras prefieren que un adulto se lo lea mejor. Respecto a esto creo que es muy importante tener claro que debemos seguir leyéndoles cuentos para que tengan un buen ejemplo a seguir de un adulto que conocer perfectamente la buena manera en la que debemos leer e interesar a los demás. Sin embargo, tras leerlo una o varias veces, podríamos dejárselo a su alcance con el fin de que puedan leerlo ellos mismos.

Para leer un libro, existen técnicas que hemos estudiado y debemos trabajar durante la preparación de la lectura. En mi caso, he escogido el libro de “ELMER” porque lo conozco bastante bien ya que lo trabajé en la actividad del bloque 1. Es una historia que dirigiría a niños de 5/6 años, como expliqué en el primer post.




Ensayo

Después de toda esta información con la que tuve que contar para poder preparar el taller de cuentos de hoy, os voy a contar cómo ensayé durante los días anteriores.

La verdad es que he contado con la ventaja de tener dos hermanos pequeños a los cuales suelo contar cuentos muy a menudo. Ya les había leído el cuento del elefante multicolor y les encantaba pero no había puesto un interés tan grande en aplicar las técnicas de la lectura oral ya que no las conocía profundamente. Me di cuenta de que no debía cambiar palabras y solía hacerlo para que Mario (4 años) lo entendiera mejor. Está claro ahora que el fallo era la edad a la que iba dirigido y me centré más en hacerlo para Miguel (6 años).

Trabajé el cuento con ellos tres veces ya que no podía presionarles demasiado a escucharlo porque la literatura pierde su encanto. Me hizo ilusión que me lo volvieran a pedir ya que hubo un cambio en su interés por este cuento. Creo que había mejorado en la entonación y se notaba que les llamaba más la atención.

No solamente se lo leí a mis hermanos pequeños, sino que también decidí contárselo a mi hermana Paula (15 años). Ella antes no me había escuchado y me dijo que le había gustado mucho. Me ayudó a ver las cosas que se me daban bien y me dijo algún consejo que me sirvió, como que mirase más al oyente que al cuento. Con esto, me leí el cuento varias veces a mí misma frente al espejo.

En cada uno de estos casos hacía una cosa diferente, enseñaba el libro mientras lo leía o iba enseñando cada página después de leerlo. Mis hermanos no me dejaron hacer lo segundo y pensé que era mejor hacerlo así. Sin embargo, dudé porque a lo mejor es más interesante ir enseñándolo para que se vayan imaginando las cosas y después comprobarlo. La verdad es que no tenía claro cómo hacerlo y pensé en probar ambas para que mis compañeras opinaran.

Decidí que el final sería el más común pero algo modificado: “colorín colorado, el cuento del elefante de colores se ha terminado.” Pero el principio del cuento, ya dice: “Había una vez una manada de elefantes…” y no he querido añadir nada con el fin de leerlo tal y como está escrito en el libro.

En cuanto a las interacciones en el cuento, pensé que era mejor no interrumpir la lectura pero que sí era necesario señalar lo importante en lo que me gustaría que se fijaran los receptores. Y para finalizar, pensé hacer las siguientes preguntas: ¿Os ha gustado el cuento?, ¿Por qué?, ¿Cómo os habéis sentido?, ¿Creéis que Elmer hizo bien en pintarse como los demás?, ¿Alguna vez os habéis sentido como él?... En uno de los ensayos, pregunté a mis hermanos y me contestaron algunas ideas curiosas como: “yo soy de un equipo y mis amigos de otros pero no pasa nada”. Me encanta ver las reflexiones que hacen los niños y pienso que siempre deberíamos tener tiempo de lanzar preguntas para que contesten voluntariamente.

Y así fue como estos días, preparé este momento de compartirlo con el resto de compañeros de los grupos en los que me he ido incorporando.




Práctica

He llegado a clase y me he sentado con mi grupo: Alicia Ocón y Claudia de la Hoz. Me he sentido muy cómoda leyendo el cuento ya que tengo confianza con ellas y aunque no es lo mismo que hacérselo a niños, me han escuchado correctamente. Claudia me ha dicho que la duración del cuento era larga pero que lo había hecho muy ameno y que mis preguntas habían sido muy buenas para reflexionar. Lo único que podría mejorar si enseñaba el cuento porque a los niños les ayudaría ver las ilustraciones tan buenas que tiene. Ali me comentó que la mirada había sido muy buena y que les hacía partícipes del cuento al leerlo. Además, que conseguía divertir con mi tono de voz y que no era nada monótono, que hacía buenos cambios. La conclusión que saqué es que debía leer el cuento enseñando continuamente el libro en la próxima vez que lo hiciera.

Después, me tocó sentarme con Marta Ortega y María Montojo. Me sentí muy cómoda también y me dijeron cosas muy positivas. Les conté que había hecho el cambio de enseñarlo todo el rato y me reafirmaron que eran mejor así. Marta me dijo que debería haberlo leído más despacio porque le encantaba el cuento y quería escucharlo más tranquilamente. Además, hay un momento del cuento en el que se dice: “¡Buuh!” y no lo hice muy fuerte por no molestar al resto de grupos, pero ella me dijo que a la hora de hacerlo con los niños estaría bien incluso pisar fuerte el suelo. A María le gustó mucho la entonación que había hecho y me dijeron ambas que las preguntas te hacían pensar.

Así he terminado la sesión en relación con mi cuento ya que no me ha dado tiempo a leerlo más veces.


Autoevaluación

Si tuviera que decir algo que debo mejorar, yo creo que es la velocidad y hacer un cambio de voz más notable en ciertas partes. La verdad es que esto me sale más fácil en mi casa con niños que con mis compañeras pero espero ir mejorándolo. En definitiva, se trata de ir quitándome la vergüenza y confiar en mí misma.

En cuanto a aspectos positivos, estoy bastante orgullosa de haber trabajado correctamente la mirada y conseguir captar la atención de los demás. Tengo claro que voy a seguir leyendo o contando cuentos a mis hermanos o a los niños con los que esté trabajando o de prácticas, con el fin de ir mejorando para un futuro poder ser una buena maestra.

Después de haber leído este cuento, me he dado cuenta de que a lo mejor habría sido más apropiado contarlo como narración ya que es demasiado largo como dijeron mis compañeras en el feedback. Quizás se dan muchas vueltas a las cosas que se van diciendo y a los niños les gustaría más escucharlo con otras palabras.


Conclusión

Para finalizar este trabajo me gustaría comentar la importancia de la transmisión literaria en las escuelas. Cada vez se le dedica más tiempo a la tecnología y menos a la literatura. No estoy en nada de acuerdo con ello y es algo que tengo claro que debemos cambiar los maestros.

También considero que es necesario conocer las tres estrategias así como saber elegir la correcta acorde con la edad y el libro que elijamos para los niños de nuestra clase.

Desde un primer momento, debemos ayudarles a experimentar a fondo la literatura ya que nos ayuda en muchos aspectos de nuestras vidas.


Bibliografía

Labajo, I. (2017) Teoría de Literatura Infantil. Bloque 3: La hora del cuento.

McKee, D. (2016). ELMER. (Beascoa, Ed.) (5th ed.). Barcelona.


jueves, 13 de abril de 2017

SELECCIÓN Y ADAPTACIÓN DE TEXTOS FOLCLÓRICOS

La literatura folclórica es muy importante porque se ha transmitido de generación en generación a lo largo de toda la historia. Es cultura claramente y con los textos podemos navegar en el pasado. La forma de transmisión es oral, lo cual se está perdiendo en nuestra sociedad y poca gente sabe la riqueza que tiene.

Deberíamos partir de la base de que contar un cuento no es lo mismo que leerlo ya que no nos atrae de la misma forma. Una persona que cuenta una historia con sus propias palabras, puede expresar muchas más emociones en los oyentes y llamar más su atención a través de la lengua. Los cambios del tono de voz y la mirada son realmente necesarios a la hora de realizar dicha actividad.

Sin embargo, pocos son los lugares donde se tiene esto en cuenta. En los colegios ya no se cuenta nada más que cuentos de autor. Y esto es una verdadera pena desde mi punto de vista puesto que no es lo mismo como decía antes. A todos nos gusta que nos cuenten textos folclóricos y yo recuerdo que mis padres y mi abuela lo hacían conmigo. Me gustaría seguir con esta tradición oral que reconozco que no estoy haciéndolo con mis hermanos pequeños. Suelo contarles otros cuentos pero no se me había ocurrido hasta que hablamos de ello en literatura. Me propongo este reto y espero conseguirlo poco a poco.

En el aula, el maestro puede acercarse enormemente a los niños a través de este tipo de literatura. Por ello, podemos alternar esto con la paraliteratura o los cuentos de autor. Creo que cuantos más tipos contemos a los niños, más profundo será su aprendizaje.
He hecho una búsqueda bastante larga para la selección de cuentos y me ha resultado difícil porque no estaba segura de su validez. Finalmente, he decidido utilizar una misma página para los tres, la cual os indico en la bibliografía.
Mis cuentos elegidos han sido: “Los duendecillos” de los hermanos Grimm, “La sirenita” de Hans Christian Andersen y “El lobo y las siete cabritillas” de los hermanos Grimm.

 


La razón de escoger el primero es que me ha entrado curiosidad al ver el primer título porque me sonaba haberlo escuchado en mi casa y al leerlo me ha recordado a mi niñez. Creo que es un cuento muy divertido para contar en clase ya que pienso que a los niños les puede hacer mucha gracia ese momento de fantasía donde aparecen unos duendecillos que hacen tu trabajo.

El segundo, lo he elegido sin pensármelo demasiado porque la película de Disney ha sido mi favorita desde siempre y me encantó la historia contada en clase aunque no tenga mucho que ver. Es importante que a nosotros nos guste el cuento para poder transmitirlo con ganas y por ello me encantaría que mis futuros alumnos pudieran escucharlo.

Por último, el tercer título me ha llamado la atención porque me lo contaban de pequeña siendo siete cabritillos y no cabritillas. Lo he leído y era el mismo cambiando el sexo. Me gusta la historia porque es interesante que los personajes sean animales y seguramente a los niños les guste esto.


Os dejo en la bibliografía los enlaces para que podáis leerlos si estáis interesados.


"Los duendecillos”

Esta historia yo la contaría en primero de infantil ya que se encuentran en un momento donde no tienen clara la diferencia entre realidad y ficción. No lo digo por engañarles y decirles que existen duendecillos que les hacen las cosas pero creo que es algo con lo que se puede jugar e ilusionar. Con ello me refiero al hecho de decirles que por ejemplo, recojan sus juguetes cuando la maestra no está mirando. Y al darse la vuelta, se sorprenda y diga que les han ayudado unos duendecillos. Esto les encanta a estas edades y el cuento que he seleccionado me ha recordado a estos pequeños juegos que hago con mi hermano Mario, del que os hablé en el anterior post.

Los pequeños receptores del mensaje seguramente no se identifiquen con el hombre y la mujer que aparecen en la historia ya que son mucho mayores que ellos. Y con los duendecillos puede que tampoco porque saben que no pueden hacer magia. Sin embargo, podrán jugar a ello y hacer lo que he comentado hace un momento.

Se trata de un texto con una duración que veo apropiada para niños de 3-4 años de edad ya que es corto pero a la vez muy llamativo. No cambiaría nada porque tiene una trama sencilla y el vocabulario también. De todas formas, cada uno lo cuenta con sus palabras y trataría de apropiarlo a niños de tres años.

Había pensado en un primer momento en no decir que los duendes estaban desnudos y decir que iban descalzos o algo parecido para no causar mucho descontrol o interrumpir el hilo. Pero creo que bien llevado el cuento, puede ser un motivo de risa entre niños tan pequeños y no me cabe duda de que este es un ingrediente fundamental para impresionarles.

Al terminar el cuento les dejaría hablar a ellos a partir de dos preguntas iniciales como las siguientes: ¿Os ha gustado el cuento? ¿Por qué?

Otras preguntas podrían ser de esta forma:
  •        ¿Fueron buenos el zapatero y su mujer con los duendes?
  •        ¿Los duendes fueron buenos con ellos?

Para finalizar el análisis, me gustaría remarcar que es un cuento muy divertido y que podría contarse con un tono gracioso para que los niños lo disfrutaran al máximo.



“La sirenita”

La etapa educativa en la que contaría esta adaptación es tercero de educación infantil ya que se trata de un cuento muy largo y no tiene un final feliz. Los niños con cinco años son capaces de distinguir la fantasía de la realidad y creo que es necesario que lo puedan hacer al tratarse de una historia que no es perfecta. A lo mejor si no fueran capaces de llevar a cabo esta diferencia, les podría asustar el cuento o no podrían entenderlo muy bien a la hora de ver los valores que nos enseña.

Los niños no se van a sentir identificados con ningún personaje ya que ninguno se parece a ellos, pero sí van a poder elegir cómo quieren ser de mayores o imaginar cosas fantásticas. También podrán hacer juego simbólico con la elección del papel del personaje que más les gustaría ser. Seguramente las niñas quieran ser como la Srenita y los niños como el príncipe.

Es un texto muy extenso y seguramente lo acortaría a la hora de contarlo sin modificar el argumento. Al contarlo en 5 años, podrán mantenerse atentos más tiempo que en cursos anteriores pero aun así lo veo demasiado largo. Lo mejor sería quitar muchas de las descripciones ya que me parecen excesivas y se da demasiada vuelta a muchas cosas, porque esto podría aburrir a nuestros alumnos. Al contarlo, cada persona usa un vocabulario diferente y se trataría de apropiarlo a la edad que corresponda.

Pienso que no sería necesario cambiar nada de la historia ya que considero que los niños deben escuchar historias diferentes donde no todo sea perfecto o sí lo sea. Pero en este caso, el cuento acaba mal y no creo que pase absolutamente nada porque no se van a identificar con la protagonista directamente.

Al terminarlo, les haría una pregunta inicial y abierta con el fin de ver las conclusiones que pueden sacar sin que yo pueda influir en su respuesta: ¿qué os ha parecido el cuento?

Otras preguntas que podría hacer teniendo en cuenta sus contestaciones son:
  •           ¿Hizo bien la Sirenita en pedir unas piernas?
  •           ¿Nosotros nos conformamos con lo que tenemos?
  •           ¿Vosotros perderíais la voz o pensáis que es importante?
  •           ¿Se merece la Sirenita el final?
  •           ¿En qué se parece a la película de Disney? ¿En qué se diferencia?

Como conclusión, creo que sería interesante transmitir de manera oral esta historia a niños de 5 años para que puedan ver otro tipo de finales a los comunes y felices.



“El lobo y las siete cabritillas”

Al pensar en la edad de este cuento, se me ha ocurrido mirar en el libro de “El juego simbólico” que nos leímos el cuatrimestre pasado la mayoría de nosotros. He recordado que se hablaba del juego del lobo donde se juega el miedo. Este libro representa esto y así lo dicen los autores del libro. Se habla de que hay diferencias en el juego según la edad del niño con el que el adulto esté jugando. Al principio, los niños se asustan y no quieren jugar. Pero más adelante les gusta que les persigan e incluso llegan a cambiar los papeles. En el caso de un niño de 3 años ya entiende este juego y por ello creo que sería la edad ideal para contar este cuento.

A lo mejor podrían identificarse con alguna de las cabritillas pero no de manera directa. Con ello,  me refiero a que pueden ver ciertos sentimientos suyos reflejados en los personajes como el miedo a quedarse solos en casa.

Se trata de una historia corta y creo que es clara para niños de esta edad. No obstante, sería necesario utilizar un vocabulario más sencillo ya que no está escrito para ellos y hay palabras demasiado complicadas. No cambiaría nada del argumento porque pueden entenderlo perfectamente. Además, tiene un buen final que a los alumnos de primero de infantil podría parecerle muy ocurrente desde mi punto de vista. No obstante, al contarlo no daría tantos detalles sobre la muerte del lobo ya que me parecen innecesarios.

Como dije en el cuento de “Los duendecillos”, la primera pregunta que haría a niños de esta edad sería la misma: ¿Os ha gustado el cuento? ¿Por qué? De este modo les estaríamos dejando que saquen sus conclusiones sin influir en su respuesta ya que es una pregunta muy abierta.

Para hablar y profundizar un poco más en el cuento les haría preguntas de este tipo:
  •           ¿Os ha dado miedo la historia?
  •           ¿Jugáis al lobo con vuestros padres?
  •           ¿Las cabritillas hacen bien en abrir la puerta?
  •           ¿Solucionan bien el problema?

Termino este análisis diciendo que me encantaría contar este cuento ya que me parece preciosa la relación con el juego simbólico tan utilizado en educación infantil y tan necesario para los niños.


CONCLUSIÓN:

Me ha encantado realizar esta selección aunque en un primer momento me pareciera complicado. Creo que es algo necesario de recuperar en la escuela y que deberían hacer todos los maestros del mundo. El niño necesita escuchar cuentos ya que es realmente placentero y contribuye de manera muy efectiva al desarrollo de su aprendizaje.


BIBLIOGRAFÍA: